sábado, 25 de abril de 2015

CEBOLLAS RELLENAS CON ATUN


Bueno, éste plato tiene historia, relativamente reciente, pero historia, al fin y al cabo. 
Ya sabéis que procuro enterarme algo, aunque sólo sea poco, de lo que cocino; al menos en algunos casos.
Bien, pues las cebollas rellenas de atún, son típicas de Asturias, de El Entrego, concretamente en el interior del principado. Por lo visto, en la postguerra ( no se precisa que año, pero se da a entender que en los años 40), una cocinera llamada" La Nina" improvisó este plato ( eso me lleva a pensar que carecía de algún ingrediente para hacer la comida que pensaba); el caso es que un restaurante conocido de la zona lo incluyó en su menú y todos lo fueron copiando ( ésto sucedía en los años 60), hasta que poco después se crearon las Jornadas Gastronómicas en las que la cebolla es protagonista.
¡¡¡¡Bien por Nina!!!!
Realmente suaves y exquisitas; eso sí, sin ser difíciles de elaborar, sí que llevan su tiempo, y os tengo mal acostumbrados.

INGREDIENTES  ( yo cocino para dos, así que aumentad la proporción, aunque siempre me sobra)

- 4 cebollas grandecitas
- 2 latas pequeñas de atún o bonito en aceite
- 1 bote o lata de pimientos de piquillo ( se van a utilizar cuatro o cinco)
- 1 huevo cocido
- dos cucharadas de tomate triturado, o natural o frito, como prefirais
- aceite
- sal

 Por otra parte, para la salsa

- la parte interior de las cebollas, que vais a vaciar
- 1 hoja de laurel
- 1 diente de ajo
- 2 cucharadas de tomate
- 1 guindilla ( opcional)
- aceite
- sal
- vino blanco
- Una cucharada de harina ( de sopa)

ELABORACIÓN

Lo primero es pelar las cebollas, cortadle la tapa con la que se va a tapar y luego vaciarlas. Se vacían dejando un par de capas porque si no, pueden romperse. Lo que vais sacando del interior, ponedlo en un plato para luego, posteriormente hacer la salsa.
Haced el relleno, que es muy fácil. Es simplemente vaciar el atún o bonito, escurriendo bien del aceite de las latas, picar los pimientos de piquillo, el huevo previamente cocido, las dos cucharadas de tomate y un poco de sal. Se mezcla todo eso y se rellenan las cebollas, tapándolas con la caperuza que se cortó al principio; como ésta no se sostiene, yo pincho esa tapa con la cebolla con varios palillos ( por cierto, no seáis tan chapuzas como yo, que casi me cargo las cebollas al vaciarlas, con cuidadito).
En una sartén con aceite se fríen, pero como el aceite no las cubre, ni mucho menos ( ved fotos), pues echáis con una cuchar el aceite caliente por encima, como bañándolas ( ojo, no os queméis!). Cogen una sartén no muy grande porque giran algo al no tener superficie plana ( yo, halaaaa, grande y a tomar por saco...mis errores os los comento para que no caigáis como yo en ellos)
Se sacan las cebollas a una cazuela ( lo mismo que con la sartén, que sea más bien algo justa).
En la sartén con el aceite de refreír las cebollas, se echan los trozos de cebolla sacados de ellas, junto con el ajo. Cuando esté pochado se añade el laurel, la guindilla (opcional), la sal y las dos cucharadas de tomate; se añade la harina y se echa el vino blanco ( pongamos dos vasos, depende de la cantidad de salsa que queráis). Lo dejáis hervir y lo echáis sobre las cebollas rellenas de la cazuela. Tapáis el recipiente y lo dejáis a fuego medio al principio, luego a más suave, durante hora u hora y media, porque tienen que estar blandas las cebollas, no deshechas, claro. El tiempo no lo puedo decir, pero sí es bastante, depende de la clase de cebollas.












































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