miércoles, 26 de noviembre de 2014

PALOMAS DE ENSALADILLA

Una tapa muy famosa en Salamanca, de donde soy, son las palomas.
Pero las palomas no tienen nada que ver, en este caso, con las aves. Son unas cortezas especiales que se fríen y sobre las que se coloca ensaladilla rusa.
No sé si se venden en el resto de las provincias españolas, desde luego no se venden envasadas en los supermercados. Se venden en tiendas de encurtidos, tiendas de embutidos y en carnicerías ( al menos en mi ciudad); y la verdad es que son muy baratas, van al peso y tienes quizás sobre unas 40 o 50, que una vez fritas son del tamaño de una mano pequeña, sobre tres euros.
Como dudo que en todas partes las podáis encontrar, lo más parecido sin ser iguales son los tipo doritos o cortezas que se utilizan para untar el guacamole. Ahora bien, os perdeis un sabor suave de estas cortezas, que son crujientes pero no son duras, sino todo lo contrario.
No obstante, si no llegárais a conseguirlas, pues os recomiendo que si pasais por Salamanca las provéis en cualquier establecimiento de la Plaza Mayor o de La calle Van Dick ( ésta es una calle que no está en el centro, pero que todo salmantino conoce porque es una calle llena de bares dedicados a todo tipo de tapas y baratas; es a donde acuden los estudiantes). Y si acudís a esta ciudad, compradlas, las venden en los sitios que os indiqué.

INGREDIENTES

- Cortezas para palomas
- ensaladilla rusa ( publicado el 29 de mayo de 2013)
- aceite

ELABORACIÓN

En una sartén se pone aceite y se calienta bastante. Se echan como máximo dos cortezas de cada vez; el motivo es que aumentan más del doble de tamaño y que se inflan en unos segundos, no llega ni a medio minuto ( no hay que darles la vuelta ni nada). Ojo, sacar en cuanto se inflan. Atentos porque se hacen, repito, en segundos;  en diez minutos estarán fritas un montonazo.
Se sacan y se rellenan con una cuchara con la ensaladilla.
Incluso si las fríes y las metes una vez frías en una bolsa, quedan crujientes e iguales durante al menos un día.
No conozco a nadie que no le gusten; porque si bien, puede no gustar la ensaladilla, las cortezas por sí sólas están ricas.























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