- 1 huevo
- 125 grs de mantequilla ( no margarina)
- 200 ml de leche condensada ( un vaso escaso)
- 175 grs de harina de maíz
- 175 grs de harina de trigo
- 3 cucharadas soperas de azúcar
Para decorarlas:
- mermelada de lo que queráis: yo hice de naranja, fresa, chocolate de fundir
Mezclar, la mantequilla ( que estará blanda, para ello meterla un poco en el microondas), el huevo y el azúcar. Añadís la leche condensada, remover y luego echáis las dos clases de harina. Mezclar bien y luego haréis una bola amasando como cualquier otra masa, ya fuera del recipiente. Si veis que se pega en las manos o que no se compacta, podéis añadir algo más de harina hasta conseguirlo; repito, como cualquier masa. Se envuelve en film y se mete en la nevera durante media hora. Se saca de la nevera y se van haciendo bolas pequeñas del tamaño de una pelota de ping pong. Unas se aplastarán con el tenedor un poco, dejando como surcos; otras se aplastan con el dedo en el medio para formar como el cráter de un volcán, porque en éstas meteremos la mermelada o el chocolate. Se colocan sobre la fuente de horno, con algo de separación porque si no se pegarán unas a otras. Se pasa huevo batido con un pincel por encima para dorarlas algo, aunque son pastas que van a quedar de color claro.
A las galletas aplastadas se les echa azúcar moreno por encima, porque es más grueso y queda luego textura. Las que tienen agujero se rellenan de lo que queráis: mermelada o chocolate de fundir que habréis derretido en el microondas.
Se meten al horno a 170-175 grados durante 15-20 minutos.
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